Levantarse
y no tomar nada. Así dejamos al cuerpo sin energía.
Y
llegamos al mediodía con un hambre de caballo. ¿Eso es lo que
quieres?
El desayuno ideal es un café con leche, unas tostadas con mermelada
ligera y un zumito natural.
A mí me da un poco de verguenza repetir la máxima... pero es que siempre es vigente: "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo".
En vez de
tostadas puedes optar por los cereales, por ejemplo.
También
puedes introducir algún salvado o algún elemento que añada fibra
si lo necesitas.
Este es
uno de los hábitos más importantes, también a la hora de cambiar para
conseguir el peso en el que mejor estaremos.
El desayuno es algo de los que no podemos prescindir.